miércoles, 29 de mayo de 2019

CNN


El  Sol se ponía justo perpendicular al suelo. La Plaza de Armas acelerada con mucho movimiento como era de esperar a un Miércoles de Marzo. Trabajadores de tiendas, de bancos, sensuales, sexuales, abogados, juniors corriendo todos de un lado a otro por Ahumada, Estado, Fernández Concha. Artistas callejeros desafiando el flow neoliberal intentando robarle minutos a la jornada productiva santiaguina. Grupos de turistas europeos fotografiando y moviéndose rápidamente a todas partes sin tiempo que poder malgastar.  Grupos de inmigrantes latinoamericanos con tiempo de sobra para malgastar sentados en las bancas  de la plaza esperando el chorreo de la economía chilensis. Ancianos envejecidos de esperar ese chorreo jugando ajedrez en pleno horario laboral. Campanadas de sonido  envasado aunque en apariencia provenientes de las campanas en las torres templo. Ceremonia de las doce a punto de comenzar.  

La gente entrando rápidamente a la Catedral. Alrededor de setenta, bastantes para día de semana. Algunos se escapaban un rato del trabajo, a otros los autorizaban a condición de un almuerzo más corto y había otro grupo no menor de desempleados autoconvencidos de tener mucho que hacer después. No duraba de todos modos más de quince minutos y eran necesarios para alimentar diariamente el espíritu. Valía la pena. 

Pantalla grande de plasma líquido en el gran muro detrás del altar instalada justo en el espacio de la muralla donde alguna vez estuvo el viejo icono de madera. Todos sentados y listos. Doce con tres minutos. Comienza la transmisión.

Aparece la periodista en pantalla. Saluda y da curso a la primera Lectura. Una noticia vieja del tiempo antiguo antes de 2011. Una noticia de "un día como hoy" de hace muchos años. Siempre se comenzaba así. Había que mostrar lo mucho que se había avanzado y la oscuridad en la que se vivió todo tiempo anterior. Rescata del archivo de 2003 el éxito de sintonía de la teleserie "Machos". Termina su lectura, envía el link de la noticia por facebook. Los presentes la reciben en sus móviles. Dan un emoticón negativo a través de los aparatos.

En seguida aparece el periodista en pantalla para el Salmo responsorial. Abren todos twitter desde sus teléfonos. El periodista saluda y comienza:

-Salmo responsorial. Retwitteamos todos juntos el tweet de @muertealpatriarcado: “que los machitos que no sean capaces de subirse al carro del progreso vayan haciendo sus maletas para irse desterrados a alguna isla heteropatriarcal perdida en el pacífico”

La asamblea retwittea. El periodista continúa leyendo la cadena de tweets:

-@mentepensante respondió: @muertealpatriarcado Yo no pienso como tú y a diferencia tuya, no te estoy exigiendo irte desterrada a una isla”

-@muertealpatriarcado respondió: @mentepensante, mal puesto tu nombre, no ser feminista es no pensar. Debieras ser el primero en hacer las maletas.

- Retwitteamos todos juntos  la respuesta de @muertealpatriarcado- Señala el periodista.
Todos retwittean.

El periodista continua leyendo el salmo:

-@mentepensante responde: @muertealpatriarcado ¿No pensar como tú es no pensar?  ¿No pensar como tú es no querer una sociedad mejor y más justa? ¿Porqué dictas tú los parámetros de lo que es o no es pensar?

-@muertealpatriarcado responde: @mentepensante no tengo porqué aguantar tu violencia social, aguantamos 17 años a fachos como tú. Váyase mejor a hablar con Alberto Plaza, JAK y la Tere Marcovich.

-Todos juntos retwitteamos por última vez la respuesta de @muertealpatriarcado- Señala el periodista.
Todos retwittean.

Aparece nuevamente la periodista en Pantalla para la lectura de la Buena Nueva. Toma el periódico:

 -Lectura de la portada del día según La Tercera.- Todos se ponen de pie.

Termina la lectura y todos se sientan a escuchar. Ambos periodistas aparecen juntos en pantalla y realizan la editorial opinando acerca de la portada leída. Hablan alternadamente por alrededor de cuatro minutos.

En seguida todos de pie para la Oración Universal. El periodista aparece en pantalla para leer las mejores cartas al director del Mercurio, la Tercera y La Segunda con las peticiones al Estado, al empresariado, a la sociedad civil y a la comunidad internacional.

Se mantienen todos de pie y llega el momento más importante de la ceremonia. Bajaría desde la nube a los teléfonos celulares de cada uno la actualización de todas las apps de redes sociales. A algunos les gustaba recibir la actualización diariamente. Otros sólo la recibían una vez por semana. No todos estaban preparados para recibirla cada vez que se daba. Había que tener un teléfono limpio, libre de virus y archivos pesados. A ambos costados del templo habían informáticos que ofrecían limpiar aparatos móviles. 

 Todos activan la clave que les llega a sus aparatos y se ponen de rodillas a esperar la descarga de las actualizaciones. A los pocos minutos les aparece en sus móviles una notificación avisando que se había completado la descarga:

 Actualización completada. Éste es el sacramento de nuestra fe.



Aceptar.


Finaliza la ceremonia a las doce con dieciocho minutos. Comienzan a salir. Lo hacen rápidamente para volver a sus labores de oficina o en el caso de los desempleados, a las varias ocupaciones vespertinas y trámites que se habían inventado o tareas que les habían dejado sus coach ontológicos. Apenas tomaban en cuenta a Ricardo, un indigente italiano que se ponía a la salida de las ceremonias de las doce a vender "parches de curitas" a los comensales.

La pantalla grande se apaga y el templo queda vacío, imponente a los pies de la Plaza de Armas. Listo para recibir en la ceremonia de las diecinueve horas a todos quienes quisieran llenar el espíritu en la Catedral Nacional de Noticias, CNN.


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